David Irvin Valdivieso Méndez

Un buen día dos personas se aventaron un revolcón -no sabemos si fue bueno o estuvo pa'mearlo- y así comenzó la inquietante aventura de la vida. Mi vida. La de todos.

Un buen día dos personas se aventaron un revolcón -no sabemos si fue bueno o estuvo pa'mearlo- y así comenzó la inquietante aventura de la vida. Mi vida. La de todos.

Semiaguileño comelón, cínico hedonista, con marcada averison por las reglas y un problema de exceso de autoestima..... en fin, el sueño (o pesadilla) de cualquier chica