El joven Juan de la Cruz que es seminarista llega de visita a casa de su madre Ana Joaquina, una religiosa la cual siempre impuso su voluntas sobre su hijo y motivó la vocación de servir a Dios. En la casa de Ana Joaquina trabaja la joven Luciana, la cual se enamora del joven Juan de la Cruz, una noche llevados por su pasión de juventud, se entregan con ternura e inocencia. Al enterarse de esto Ana Joaquina hecha a Luciana, quien esperaba un hijo de Juan de la Cruz. Al dar a luz, Luciana deja abandonada a su hija. Años después Cristina crece feliz en el orfanato pero siempre con la duda de saber quien es su madre.